Historia de Torrelodones III


Historia de Torrelodones III

Continuamos con esta pequeña serie de artículos en torno a la historia de nuestra localidad que con todo el cariño estamos desarrollando en El Pesca, tu restaurante en Torrelodones.

A inicios del siglo XVII (1602) Torrelodones se hace más visible ya que es un lugar «de paso» entre Madrid y la corte de El Escorial.

La iglesia de Asunción de Nuestra Señora, sigue sin terminarse, a pesar de que hace ya más de cuatro décadas que el Papa ha dado permiso para su edificación. La única solución para conseguir el dinero necesario para completar la obra y la contratación de los obreros que continúen los trabajos de construcción, es pedir permiso al Duque para hacer una sisa sobre los bastimentos, es decir, rebajar las medidas o subir los precios de los artículos cotidianos de primera necesidad.

Cinco años más tarde aún no se ha acabado a obra, pues falta completar la torre y recubrir con teja y madera la techumbre. Se vuelve a instar al ducado a hacer una nueva sisa y así en 1640 se completa la citada iglesia.

Entretanto, alrededor de 1629, la Duquesa, Doña Ana de Mendoza  solicita al rey que se “saque” a nuestro pueblo del rastro real. Es decir, que se la exima de las cargas que suponen estar dentro del mal llamado “privilegio de las 5 leguas”. En realidad Torrelodones estaba a 4, 5 ó 6… leguas de Madrid, según la época.

… la duquesa del Infanado dize que tiene en su Casa y Mayorazgo el lugar de Latorredelodones, sito seis leguas y media de la villa de Madrid y atento a las molestias que padeze al estar dentro de las cinco leguas, suplica a su magestad se le saque fuera dellas y servirá a su magestad con cinco mil reales...

Se obtuvo así cierta libertad, aunque al tratarse de un terreno tan pegado al Escorial y tan transitado en el camino hacia Madrid, seguirán sucediéndose injerencias en asuntos judiciales por parte de los alcaldes de la Corte.

Como sabemos, desde que llegaran los Austrias a la Corona Española a principios del siglo XVI, España sufre un permanente estado de guerra, lo que supone que las arcas reales estén crónicamente exhaustas. El oro americano no es suficiente y el lucrativo negocio institucional de ventas de oficios, villas, etc. es una buena ayuda. Sirva de ejemplo la «compra» de nuestro villazgo por el que tuvimos que pagar 300 ducados, además del impuesto llamado «media annata» que ascendió a 2.812 maravedís.

Así, el 28 de abril de 1658, el rey Felipe IV daba carta de merced y privilegio de villazgo al lugar de Torrelodones, otorgando así cierta autonomía a la zona.

Y aquí nos quedamos por hoy. ¿Conoces historias sobre Torrelodones? ¡Comenta este post y compártelas con nosotros!

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