Para mucho. Muchísimo.

Y es que imagínate un anillo de bisutería con un alto valor emocional. En este caso no será el aporte económico lo que tendremos en cuenta. Bien, hagamos un trabajo imaginativo parecido en este caso.

Si, cuando hablamos de morralla nos referimos a esos pescaditos pequeños que no se pueden vender por piezas y que no sirven ni para freír. Sin embargo, tienen un alto valor gastronómico. Porque ellos, en sí, no valen nada, pero su aporte a la gastronomía es elevado. Hablamos de los pescados de roca y crías de otros peces como escorpenas, gallinetas, corvinas, brecas, fanecas, capellanes, merlanos, mojarras, salpas, serranos, etc.

¿Qué cocinamos con la morralla?

Fumets, suquets y sopas distintas que en la costa mediterránea de nuestro país han creado escuela. O los arroces de El Pesca, ese restaurante en Torrelodones famoso por su cocina de mercado. Arroz a banda, caldoso, meloso, de pescado o de marisco. Y es que nosotros, sin morralla, no seríamos lo mismo.

¿Sigues pensando que la morralla vale poco?