Las mejores formas de cocinar sardinas en casa


Las mejores formas de cocinar sardinas en casa

Las sardinas son un alimento delicioso y que permite cocinarse de diferentes maneras consiguiendo que este riquísima de cualquier forma. Sin embargo, tienen un inconveniente principal que sería el olor que desprenden, por eso preferimos consumirlas fuera de casa, es decir, que nos la sirvan en el plato a tener que hacerlo nosotros mismos en casa y que se quede el olor en ella.

Sin embargo, si no te apetece estar comiéndolas de lata o degustarlas siempre fuera de casa, te damos distintas opciones para cocinarla sin que el olor se apodere de tu casa y queden igual de deliciosas.

Crudas

Las sardinas que más olor desprenden son las cocinadas a fuego, si en este caso las consumimos crudas, poniéndolas en una salmuera y marinándolas en vinagre de manzana, rematándolas con tomate, aceitunas y cebollino picado e incluso ponerlas en aceite de oliva con ajo y degustarlas así, manera también deliciosa de hacerlo, incluso servirlas con una base de salmorejo o ajoblanco, quedando la sardina con un toque carnosa al  combinarlas con estas salsas.

En papillote

La mejor forma de cocinarlas sin que huelan y cuentan con múltiples benéficos. Para cocinarlas puede ser en una sartén, en una plancha o en el horno con papel especial de hornear e incluyéndoles hierbas, limón u otras combinaciones dentro del papel que combinen bien con su sabor.
El resultado es bien jugoso, eso sí no quedarán crujientes como aporta hacerlas a la brasa o fritas. Ademas, se les puede añadir un poco de puerro, zanahoria y cebolla picados en la base, o unas rodajas de lima o limón.

En el momento de la preparación es esencial que no tengan cabeza ni tripa, el envoltorio ha de ser muy grande así no se amontonaran entre ellas, mejor cinco como máximo por preparación. Si decides hacerlas al horno tiene que ser a 180 grados entre 10 y 15 minutos, dependiendo del tamaño y si es sartén a fuego fuerte unos tres o cuatro minutos por cada lado. Eso sí, cuidado al abrir el papel ya que el vapor quema y el jugo que suelta el pescado también.

Con un soplete de cocina

No es un instrumento común del que todo el mundo disponga en sus cocinas, pero si dispones de él tiene múltiples usos.

En este caso, la preparación sería poniendo unos filetes limpios de escamas y espinas sobre una superficie resistente al calor, a continuación pasar la llama por toda la superficie y de este modo, ya estarían listas para incorporarse a cualquier plato.

Si buscas algo sencilla, las puedes poner sobre una tosta con pimientos de piquillo en conserva y tienes una comida o cena lista.

Al horno, con una cama de sal

Para que al hacerlas al horno no dejen olor por la casa, debemos tener en cuenta: Cocinar con sal gorda, tomillo o romero y sardinas enteras, en el momento de la preparación una base en una bandeja de horno con las hierbas escogidas, y se calienta a 200 grados . Una vez que la sal y la bandeja ya están calientes, se ponen muy rápido las sardinas encima y se recubre con más sal.

Después, el tiempo de horneado sería de 12 minutos, dando la vuelta a mitad de la cocción, para que la parte que estaba detrás quede delante. Seguidamente, se retira la sal con cuidado e inmediatamente ponemos en el horno aún muy caliente un recipiente adecuado con agua y zumo de limón o vinagre.

Sin cola

En este caso se pueden hacer unas sardinas fritas o rebozadas, para que no dejen olor deberás quitarles la cola, la cabeza y las tripas pero anterior a todo eso se deben dejar media hora en leche con poca sal y en el interior de la nevera, al sacarlas debes escurrirlas bien y rebozarlas, siguiendo estos pasos el olor que dejan será mucho menor. También ayudaría que mientras las fríes el extractor no faltara y con las ventanas abiertas. 

Como vemos existen alternativas para aislar el olor y que te sepan igual de ricas que un chiringuito en primera línea de playa. ¿Te atreves a cocinarlas? 

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